Es seguramente la primera fuente acondicionada tras pasar la población a formar parte del Reino de Castilla en 1488, lo que seguramente indica que era también una de las mas utilizadas por su cercanía al castillo y situarse además en el centro del barrio más antiguo, extramuros del recinto fortificado. Al situarse a mayor cota, es también la que antes se agota, a lo que contribuye que se derivaron aguas en los años cuarenta hacia las fuentes del Mesón y los Caños de la Plaza para abastecer otras zonas de la población.
Lo mas destacable es su valor arquitectónico e histórico, destacando además la inscripción en latín «quien bebe de esta fuente jamás olvidará su sabor», las piedras cantareras en cada uno de los caños y los escudos labrados en piedra.
Este lugar merece una visita por su importancia histórica al constituir el punto de abastecimiento más cercano al Castillo y estar situada en el corazón del barrio morisco.
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